El Gobierno de Cuba decidió el pasado 1 de abril empezar con la nueva política que anunció hace ya tiempo Raúl Castro, el fin de la cartilla de racionamiento y el que los cubanos deberían dejar de acostumbrarse a vivir del Estado y empezar a ganar con su trabajo el plato de comida.
Por ello, en la Habana una decena de barberías ya no dependen del Estado y son sus propios trabajadores los encargados de gestionarlas, estableciendo libremente el horario que permanecerán abiertas así como el precio por su trabajo.
El Estado a cambio de dejar esta gestión en manos de "empresarios", cobrará por el alquiler del local la cantidad de 993 pesos cubanos.
Estos "empresarios", a partir de ahora deberán asumir el pago de la luz, el agua, el teléfono, los trabajadores que tengan a su cargo, los productos que les sirvan,...
¿Qué opinan los antiguos trabajadores de las barberías convertidos ahora en nuevos empresarios?.
Están asustados ante esta medida, ya se les acabó el cuentico del invento, ya no podrán decir que no hay productos en las peluquerías que previamente se habían llevado a sus casas, ahora si roban se roban a ellos mismos. Ahora cuando se vaya la luz no cerrarán la barbería y se irán a su casa, permanecerán abiertos y trabajarán porque saben que gracias a su trabajo podrán tener productos, cosas materiales que el resto de cubanos no podrán tener, podrán vivir mejor que sus vecinos, pero todo gracias a su trabajo.
¿Es esto sólo el principio?, parece que si, es la primera prueba de que si funciona, algo va a cambiar en Cuba, que nadie se olvide que el principal objetivo de Raúl Castro es acabar con la cartilla de racionamiento y que el cubano que quiera comer lo gane con el sudor de su trabajo y no robando al Estado.
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